En un día de esta cuarentena mientras hablaba con mis amigas en una reunión de zoom. Salió el tema del squirt (la famosa eyaculación femenina). Comenté el caso de una paciente mía que a sus 62 años después de enviudar logró llegar al squirt por medio de la estimulación clitoriana con un succionador de clítoris. Yo estaba fascinada de cómo esta paciente no tenía idea de lo que había pasado y pensaba que había hecho pipí, cuando en verdad había tenido un squirt.
Entre juegos algunas de mis amigas comenzaron a decir “qué horror” “¿qué hace una mujer masturbándose a esa edad?”. Como si la sexualidad fuera exclusiva para los años de juventud.
Me dejó pensando, ¿en qué momento pensamos que la sexualidad tiene fecha de caducidad y termina? No termina, se transforma al igual que lo hace nuestro cuerpo con el paso de los años.
El varón después de los 60 años tendrá una respuesta erectiva más lenta y tardará un poco más en eyacular, inclusive algunas veces es posible que no logre hacerlo. También su periodo refractario (el tiempo que existe entre una erección y otra) será más largo comparado con el de un varón más joven. Por lo que, en algunos casos, después de un orgasmo, es probable que no logre tener una erección hasta varias horas después o posiblemente días después. Esto de ser el caso no significa que no logré tener un encuentro intimo satisfactorio.
Por otro lado, en las mujeres existe la menopausia. Cuando una mujer está atravesando este periodo o inclusive años después es probable que experimente resequedad vaginal y por ende tenga dolor en los encuentros sexuales. Esto se debe a que durante la menopausia se disminuye la producción de estrógeno. De ser este el caso, recomiendo primero que nada visitar a un médico. Una vez que se hable con el médico y si este lo considera pertinente, yo recomiendo puede usar un lubricante con base de agua para los encuentros sexuales. Se cree que la menopausia es el beso de la muerte al deseo sexual y los encuentros íntimos, pero esto no es así. El sexo en la menopausia se puede disfrutar muchísimo y sobre todo que muchas mujeres a esta edad pueden tener menos preocupaciones y una de ellas es el miedo a embarazarse.
Recibimos el mensaje en los medios que el sexo es únicamente para jóvenes, pero esto es un mito más de la mercadotecnia porque la sexualidad no se termina con la edad, el cuerpo cambia que es diferente. Marie Tesler, explica que las frustraciones vienen cuando las personas desean tener una vida sexual tan activa como a los veinte, no se adaptan a sus cambios y, en vez de gozar una nueva sexualidad, viven quejándose y atormentándose.
Existe suficiente culpa, miedo y vergüenza alrededor del sexo como para inclusive sumarle a qué edad “debemos” de dejar de tener deseos sexuales. Para poder conectar con tu sexualidad en la tercera edad te invito a redescubrir tu cuerpo y abrazar los cambios que ha tenido y sigue teniendo. Para poder tener una conexión sexual satisfactoria es primordial aceptar la naturalidad de nuestro cuerpo y sentirnos agradecidas y agradecidos por todo lo que hace por nosotras y nosotros y no recriminarle las cosas que no hace (que muchas veces ocurre cuando lo comparamos ya sea con lo que hacía en la juventud o con otros cuerpos).
Bibliografía:
Tesler, M., (2018). Tengo ganas de vos. Historia reales y sexytips. Buenos Aires, Argentina: Hojas del Sur.